¿Qué cubre y qué no cubre un seguro de gastos médicos mayores?
Ok, ya sabemos por qué es esencial contar con un seguro de gastos médicos mayores, pero ahora, hay que conocer qué cubre y qué no cubre este tipo de pólizas, pues así haremos una inversión totalmente consciente sobre que obtendremos al contratarlo.
Así que, si quieres clarificar aún más tus ideas, sigue leyendo, pues te diremos todo lo que tienes que saber de este tema para que estés tranquilo(a) con tu decisión.
1: ¿Qué cubre un seguro de gastos médicos mayores?
Y, bueno, para empezar, hay que tener claro que, lo que cubre un seguro de gastos médicos mayores dependerá, en parte, de la cobertura que contrates, pues hay muchos niveles de aseguramiento (desde básico hasta amplio), aunque entre otras cosas, la mayoría de ellos incluirá:
- Gastos de hospitalización
Por supuesto, tu paso por hospitales privados, incluyendo la estadía, terapias, tratamientos e, incluso, gastos adicionales que se generen, como por ejemplo, cama extra para acompañantes, etc.
- Intervenciones quirúrgicas
De la mano del punto anterior, un seguro de gastos médicos mayores también deberá cubrirte en posibles intervenciones quirúrgicas, así como en otros elementos hospitalarios como: Renta de equipos especiales, terapia intensiva, sala de operaciones y curaciones.
- Medicamento y análisis clínicos
En este rubro, el seguro podrá cubrir los medicamentos que se requieran dentro del hospital o aquellos que prescriba el médico por algún padecimiento cubierto, además de incluir otras cosas como el consumo de oxígeno o los gastos por transfusiones de sangre o sueros.
Así mismo, en cuanto a análisis clínicos, estos también suelen estar cubiertos, pudiendo incluir hasta cuestiones como fisioterapia o tratamientos de radiación.
- Atención Médica
Por otro lado, un seguro de gastos médicos mayores no sólo es útil cuando se requiera entrar a un hospital, sino que también, puede usarse ante enfermedades y malestares ya que, varias aseguradoras ofrecen el pago de los honorarios médicos por enfermedades cubiertas en la póliza de seguro, asistencia telefónica, consultas médicas a domicilio y tarifas únicas con especialistas.
Igualmente, verás que también se pueden incluir los pagos a anestesiólogos(as), instrumentistas y consultas post cirugía por algún periodo de tiempo estipulado.
Otros elementos cubiertos
Finalmente, un seguro de gastos médicos mayores también puede cubrir otros elementos, tales como:
- Ambulancias, tanto terrestres como aéreas.
- Rehabilitación física.
- Medicina alternativa como homeopatía.
- Servicio dental.
- Atención psicológica.
Y, como viste, tanto en estos puntos como en los anteriores, mucho tendrá que ver con el seguro que contrates, así como con su cobertura en cuanto a padecimientos, montos, accidentes, etc. pues puede haber importantes variaciones, ya que se manejan distintos tabuladores y costos.
2: ¿Qué no cubre un seguro de gastos médicos mayores?
Por otro lado, también es necesario que consideres que hay elementos que, de plano, NO serán cubiertos por un seguro de gastos médicos mayores y, entre ellos, están:
- Padecimientos preexistentes y/o enfermedades congénitas que no se hayan estipulado.
- Exámenes o estudios de diagnóstico “normales” o sin orden médica.
- Consultas o tratamientos provocados por el consumo de drogas, alcohol o narcóticos.
- Otros tratamientos relacionados a: Control de natalidad o esterilidad, alteraciones del sueño, trastornos alimenticios, calvicie o problemas dermatológicos.
- Lesiones autoinfligidas o por alguna riña.
- Cirugías estéticas.
- Compra de anteojos o lentes de contacto.
Elementos más que comprensibles, pues se eliminan las cuestiones meramente estéticas, padecimientos anteriores y otros temas ocasionados por razones no válidas.
Contrata tu seguro de gastos médicos mayores
Como viste, un seguro de gastos médicos mayores puede salvarte de pagar grandes sumas de dinero cuando, lamentablemente, requieras de servicios médicos de mayor índole.
No obstante, es imprescindible que, antes de adquirir uno, leas hasta “las letras chiquitas” para que estés completamente enterado(a) de lo que tu seguro cubre, tanto en elementos como en dinero y, por supuesto, en qué cosas tendrías que cubrir tú (deducibles, coaseguros, etc.).
De esta forma, te evitarás desagradables sorpresas y le podrás exprimir todo el jugo; así que ¡Consulta a un(a) asesor(a) y da el siguiente paso!
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